
Carmen Mercado, vecina de Itá, identificó una meta clara: construir una habitación adicional para mejorar el bienestar de su familia. Con esfuerzo constante, el respaldo de su pareja y el empuje del concurso Duermo Feliz, logró transformar su hogar y su realidad. Este logro no solo significó una mejora en su calidad de vida, sino que también simbolizó el poder del trabajo colectivo, la organización comunitaria y la determinación personal. Su historia, como la de muchas otras mujeres en el país, demuestra que los pequeños pasos pueden cambiar grandes destinos.
Hasta hace poco, Carmen compartía una única habitación con sus hijas. Esa realidad, que muchas veces se da por sentada, fue puesta en evidencia gracias al Semáforo de Eliminación de la Pobreza, una herramienta que permite visualizar las condiciones de vida y tomar decisiones concretas para mejorarlas. Decidida a actuar, Carmen comenzó a comprar de a poco los materiales de construcción, mientras su pareja se encargaba de levantar la nueva pieza.

Pero lo que realmente marcó el punto de inflexión fue su participación en el concurso Duermo Feliz, una iniciativa de la Fundación Paraguaya que busca motivar a mujeres de todo el país a transformar sus espacios de descanso como una forma de dignificar su vida cotidiana.
En esta edición, 22 mujeres finalistas —todas integrantes de comités de mujeres apoyados por la fundación— se animaron a construir un lugar propio donde dormir con orgullo.
Carmen, junto a su Comité Toledo de Itá, resultó ganadora del concurso tras un proceso de votación online que involucró a miles de personas. Como premio, recibió G. 5 millones, monto que también fue otorgado al Comité Toledo por su destacada participación y trabajo colectivo.
«Hoy puedo decir que tengo mi propia habitación y que mis hijas también tienen su espacio. Eso nos cambió el ánimo y la forma de vivir», comenta Carmen emocionada.
Su historia es también la historia de sus compañeras del comité, quienes colaboraron activamente para hacer realidad ese sueño, demostrando que la solidaridad entre mujeres es una herramienta poderosa de transformación social.
Gracias al compromiso comunitario y al acompañamiento de la Fundación Paraguaya, Carmen logró «verdear» el indicador de Dormitorios Separados en el Semáforo, un paso clave hacia mejores condiciones de vida. Su historia es un ejemplo concreto de cómo, cuando hay voluntad, organización y apoyo, la superación personal se vuelve una realidad.
